"Fue como si los dos decidiéramos jugar a ese juego
sin tener que discutir las normas."
Cada uno en su
lugar, Crema
La vida podía decidir jugar conmigo, pero yo solo
me dejaría llevar y no le seguiría el
juego. Quería consolarme pensando que no era más que eso, lluvia,
gris, asfalto; pero como siempre, no hacía otra cosa que mentirme a mí, solo a mí
mismo. Todo era culpa suya. Si no se hubiera puesto así, si no me hubiera
dicho aquellas cosas... Claro, que yo también podría haberme
callado. Yo podría no haber empezado de ninguna de las
formas, podría haberla abrazado, y no, me quede quieto sin decir
nada. Que curiosas vueltas que nos da la vida. Hace unos años moría por
probar aquellos labios de color "coral rosado", como a ella le
gustaba presumir, pero ahora no, ya no, y ya nunca más.
Pero claro, tampoco es fácil de olvidar. Vamos a ver, es
mucho tiempo. Y sin embargo, las palabras duras salían sin pensar, los
pensamientos eran guerreros y cortantes, con filo. Todo dolía. Y lo
primero de todo, ella.
"Nací en un viernes y moriré en domingo;
viviendo sucio y sonando limpio."
En ruinas como
en Roma, Crema
Sigo caminando, porque ¿Qué puedo hacer si no? Solo caminar no
hiere. Pensar si. Pensar es un clavo ardiente clavándose en la
cabeza, ¿o acaso es el corazón? No, va, no nos pongamos poéticos. Me
duele la cabeza. Quizás me duele por esa copa de más del último bar
de mala muerte en el que puse el pie, ahogando penas en alcohol
o ahogándome yo, no sé muy bien cuál de los dos. -¡Alcohol, mátame!
¡Que el amor no pudo conmigo!- Ella era deliciosa, una diosa, dulce y ardiente,
pura acción en desprecio por la espera. Y era mía. Y yo la tiré.
Despreciar un regalo de los dioses seguro que está castigado más allá de
la vida. De esta forma, probablemente yo acabe en algún purgatorio
eterno, pagando con penas que ni siquiera imagino el error de unos pocos
minutos.
"Fuera las hostias en la cara,
y aquí dentro poesía."
Nada más que
eso, Crema
Pasando por el paseo junto al río me tienta el agua.
Brilla, la luna se refleja, y, hermosa, me llama como si de un canto de sirena
se tratase. Pero yo resisto. A mi única sirena la he espantado a
fuerza de malos humos de contaminación moral, y aun le tengo demasiado
apego a la vida como para quererme hundir en el agua fría sin otro motivo. Pero
si ella me lo hubiese pedido lo haría ya, sin dudar, saltaría para
hundirme y no volver a ver la luz ni un segundo más. Pero ya no hay más de
ella, nunca me dará más órdenes ni me chantajeara para que las
obedezca.
Casi sin querer salta un pensamiento vagabundo en mi
cabeza. Quizás ella también sienta frío al estar
sola. Puede que se arrepienta tanto como yo de haber provocado nuestra propia
tormenta perfecta. Me gustaría creer que ahora mismo se está
arrepintiendo de sus palabras como puñales clavándose en
mis oídos, a los que hasta hace tan poco solo susurraba las palabras más
dulces y amorosas.
"Ya tuve muchos sueños y por eso mis delitos fueron
dulces."
Ego, Crema
Me gustaría poder creerlo con tanta intensidad que
la única forma que tengo de librarme de ello es comprobarlo por mí
mismo, ir, verla, herirnos un poco más, de nuevo, mucho más, y eliminar esas
probabilidades de salvarme del abismo que representa para alguien como yo una
noche como esta. No sé muy bien como llego hasta allí, hasta aquella
puerta que tantas veces me han abierto, ante la que tantas veces me he parado
en espera de una señal invitadora...
...
La puerta esta entornada, y me temo lo peor. Ella ya no está, se ha ido, hay algunas prendas de ropa tiradas por el suelo, y en una de ellas reconozco mi talla, en otra un vestido que yo le regale. Ha hecho las maletas rápidamente y se ha ido, se larga como llego a mi vida, en un suspiro de azar cansado. Puede que si no hubiese sido por aquella noche no hubiéramos discutido ni peleado, yo esta noche no me habrá pasado con los gritos ni ella con las palabras, yo no habría acabado en un bar ni ella se habría acabado yendo. O puede que de todas formas sí.
Estar allí no me hace ningún bien, más bien, me lo quita, así que me voy, prefiero irme y verlo todo solo como esta en mi memoria, lleno de luz y calidez, y no frío y abandonado, como ella me ha dejado, como yo me siento hoy.