4.6.12

Ruptura.


"Fue como si los dos decidiéramos jugar a ese juego sin tener que discutir las normas."
Cada uno en su lugar, Crema

La vida podía decidir jugar conmigo, pero yo solo me dejaría llevar y no le seguiría el juego. Quería consolarme pensando que no era más que eso, lluvia, gris, asfalto; pero como siempre, no hacía otra cosa que mentirme a mí, solo a mí mismo. Todo era culpa suya. Si no se hubiera puesto así, si no me hubiera dicho aquellas cosas... Claro, que yo también podría haberme callado. Yo podría no haber empezado de ninguna de las formas, podría haberla abrazado, y no, me quede quieto sin decir nada. Que curiosas vueltas que nos da la vida. Hace unos años moría por probar aquellos labios de color "coral rosado", como a ella le gustaba presumir, pero ahora no, ya no, y ya nunca más.

Pero claro, tampoco es fácil de olvidar. Vamos a ver, es mucho tiempo. Y sin embargo, las palabras duras salían sin pensar, los pensamientos eran guerreros y cortantes, con filo. Todo dolía. Y lo primero de todo, ella.

"Nací en un viernes y moriré en domingo; viviendo sucio y sonando limpio."
En ruinas como en Roma, Crema

Sigo caminando, porque ¿Qué puedo hacer si no? Solo caminar no hiere. Pensar si. Pensar es un clavo ardiente clavándose en la cabeza, ¿o acaso es el corazón? No, va, no nos pongamos poéticos. Me duele la cabeza. Quizás me duele por esa copa de más del último bar de mala muerte en el que puse el pie, ahogando penas en alcohol o ahogándome yo, no sé muy bien cuál de los dos. -¡Alcohol, mátame! ¡Que el amor no pudo conmigo!- Ella era deliciosa, una diosa, dulce y ardiente, pura acción en desprecio por la espera. Y era mía. Y yo la tiré.
Despreciar un regalo de los dioses seguro que está castigado más allá de la vida. De esta forma, probablemente yo acabe en algún purgatorio eterno, pagando con penas que ni siquiera imagino el error de unos pocos minutos.

"Fuera las hostias en la cara, y aquí dentro poesía."
Nada más que eso, Crema

Pasando por el paseo junto al río me tienta el agua. Brilla, la luna se refleja, y, hermosa, me llama como si de un canto de sirena se tratase. Pero yo resisto. A mi única sirena la he espantado a fuerza de malos humos de contaminación moral, y aun le tengo demasiado apego a la vida como para quererme hundir en el agua fría sin otro motivo. Pero si ella me lo hubiese pedido lo haría ya, sin dudar, saltaría para hundirme y no volver a ver la luz ni un segundo más. Pero ya no hay más de ella, nunca me dará más órdenes ni me chantajeara para que las obedezca.

Casi sin querer salta un pensamiento vagabundo en mi cabeza. Quizás ella también sienta frío al estar sola. Puede que se arrepienta tanto como yo de haber provocado nuestra propia tormenta perfecta. Me gustaría creer que ahora mismo se está arrepintiendo de sus palabras como puñales clavándose en mis oídos, a los que hasta hace tan poco solo susurraba las palabras más dulces y amorosas.

"Ya tuve muchos sueños y por eso mis delitos fueron dulces."
Ego, Crema

Me gustaría poder creerlo con tanta intensidad que la única forma que tengo de librarme de ello es comprobarlo por mí mismo, ir, verla, herirnos un poco más, de nuevo, mucho más, y eliminar esas probabilidades de salvarme del abismo que representa para alguien como yo una noche como esta. No sé muy bien como llego hasta allí, hasta aquella puerta que tantas veces me han abierto, ante la que tantas veces me he parado en espera de una señal invitadora...

...


La puerta esta entornada, y me temo lo peor. Ella ya no está, se ha ido, hay algunas prendas de ropa tiradas por el suelo, y en una de ellas reconozco mi talla, en otra un vestido que yo le regale. Ha hecho las maletas rápidamente y se ha ido, se larga como llego a mi vida, en un suspiro de azar cansado. Puede que si no hubiese sido por aquella noche no hubiéramos discutido ni peleado, yo esta noche no me habrá pasado con los gritos ni ella con las palabras, yo no habría acabado en un bar ni ella se habría acabado yendo. O puede que de todas formas sí.
Estar allí no me hace ningún bien, más bien, me lo quita, así que me voy, prefiero irme y verlo todo solo como esta en mi memoria, lleno de luz y calidez, y no frío y abandonado, como ella me ha dejado, como yo me siento hoy.



10 comentarios:

  1. Anónimo4/6/12, 1:01

    Ambos! en la variedad está el gusto no? Precioso como siempre mi niña. Te quiero

    Daniel Perales

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  2. Anónimo4/6/12, 1:29

    Amargo siempre.

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  3. Anónimo4/6/12, 8:42

    ¡El mejor sin duda que has escrito en mucho tiempo! Cada palabra derrama sentimiento y ¡¡hace que quiera más!! (Sobre todo si nos dejas con la boca hecha agua durante ¡¡¡una semana!!! ... mala pécora...) Me conoces y sabes que quiero (sí o sí) un final FELIZ...
    Con muho amor
    Bel

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    1. Queremos final Feliz!!! Hay que buscar seguidores que nos apoyen Bel!
      Raqualda.

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  4. MartaPresley4/6/12, 11:31

    Supongo que un final feliz sería lo lógico y lo realmente bonito. Pero, en la vida no suele haber finales felices, así que, me decanto definitivamente por el final amargo. Siempre me han gustado más, no sé por qué. Por cierto, me gusta mucho:)

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  5. Amargo.. será el más realista..

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  6. Amargo pichon! :)

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  7. Bueno, con dos en favor de un final feliz, cinco en favor del final amargo y uno en blanco... La cosa esta clara, no? Espero que el final no decepcione.

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  8. Hola Carmen:)
    bueno, aquí me tienes como seguidora!
    he de decir que he leído dos relatos (de momento) y me han gustado mucho, escribes muy bien!
    Un besote

    Julia

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