Palabras vanas.

-Quiero decir, que esta noche me arrepiento. Y lo hecho de menos. Querría haberme dejado dominar, controlar, haberte obedecido, haber sido tu muñeca de papel. Y que amor perdiese significado, y solo fuese complacencia. Que me habría dado igual, ahora. Tenerte, como fuese, aun sin tenerme a mi. Regalarme, mi tiempo, mi todo. Mi único todo serias tu. Y tu me echaste de tu vida. Y yo te habría querido hasta cansarme de la vida, cuando aun no había ni siquiera empezado a vivirla, te la hubiera regalado nueva, aun sin estrenar; y te la habría regalado como ya me di a ti, por elección propia, esos labios, una noche, mil estrellas, nuestro choque (el mundo vacío, solos nosotros). Y te habría consolado mil noche mas como tantas otras, te habría regalado mil (K), si los hubieses querido. Y no te olvidaría nunca.
-Quiero decir, que esta noche me arrepiento. Y lo hecho de menos. Y cuando necesito un cuerpo caliente, meternos mano salvajemente, unos labios que me sacien; y cuando necesito unos brazo para abrazarme, acunarme, que me puedan consolar, y llorando como una niña estar yo. Que extraño esos dulces pequeñitos, y la sencillez de un mundo de reyes y reinas, donde las plantas no necesiten mas que algo de oxigeno y su sol. Esas sonrisas compartidas, intimas.  Caricias compartidas. Ideas. Tu y yo, convertido en nosotros, tener un continuo nosotros, oír un continuo te quiero. Mas que eso no vale nada. Y dulzura que me engaño, que creía que era amor. Pero no. Y no tener que olvidarte me gustaría, para seguir pensando en cada momento juntos, pocos, fáciles de recordar, que todavía, a veces, me consuelan y me hacen sentir calor.
-Quiero decir, que esta noche me arrepiento. Y lo hecho de menos. Pero todo esto ya no sirve de nada. Porque esta noche se acaba. Y mañana no me arrepentiré.

Siempre me he preguntado a donde van
las promesas incumplidas.